El despunte de la bollería salada

El despunte de la bollería salada

La bollería salada, hasta hace unos años poco menos que relegada a una producción testimonial y con escasa variedad, empieza a despuntar en la industria de las masas congeladas y a aportar diversidad de producto y valor, tanto al sector como a los establecimientos que lo comercializan.

La bollería salada despunta y da valor al sector de las masas congeladas.

En cuanto a los gustos del consumidor, la versión salada de clásicos dulces ha calado en el público, y croissants o napolitanas van rellenas de chocolate o crema, pero también de jamón y queso, por citar solo algunos uno de los ingredientes más comunes.

Esta mayor demanda también se ha visto favorecido por la creciente tendencia denominada “on-the-go”, sobre todo en las grandes ciudades, que consiste en comprar bollería dulce o salada, y consumirla sobre la marcha en la calle, apunta.

Entre los productos que más se comercializan destacan empanadas de atún, hojaldres rellenos de espinacas y jamón y queso, napolitanas de jamón y queso, bollería mini con atún, paté, queso o sobrasada

Se trata de una tendencia que ha llegado para quedarse, y que representa para los fabricantes nuevas oportunidades de producción y de distribución de productos de una gran calidad, consiguiendo diferenciarse del resto.

En Pastinata hemos ampliado la gama de productos elaborando artículos que ofrecen raciones individuales y con un formato que resulta fácil de comer mientras estamos de pie o andando por la calle. Productos con rellenos salados cuyas ventas van en aumento, de los que cada vez hay mayor variedad y que aportan valor, pues las masas de hojaldre tienen mayor precio que otras elaboraciones.

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