Pan de coca

27 Sep Pan de coca

Los amantes del pan sabrán que no todos los panes saben igual. Uno de los más deliciosos panes es, sin duda, el pan de coca congelado. Un pan clásico de la gastronomía catalana, de corteza muy fina y crujiente y una miga muy ligera. ¿Quieres disponer del mejor pan de coca para tu negocio? Marca la diferencia con los productos de Pastinata y adquiere un pan único por su sabor y textura.

En las Islas Baleares se consume habitualmente caliente acompañada de lo que se quiera, normalmente sal y aceite (pinchando para que entre en la masa), sobrasada, etcétera. Puede verse que, además de esta coca, existen otras que se condimentan tras la cocción, como por ejemplo la coca de maíz de Safor, que también son poco más que masa estirada y cocida.

Según Eliana Thibaut i Comalada, la coca nace del aprovechamiento de masas de pan que no se han calentado. En lugar de tirar estas masas, se guardaban y cocían planas, habitualmente azucaradas, sirviéndose de postre. Esta costumbre implica que la coca de pan es la base teórica de todas las cocas, que vienen a desarrollar esta tradición con la adición de condimentos y la conversión en recetas separadas.

Receta para hacer el pan de coca

Ingredientes:

250g de harina de fuerza
120g de agua
60g de aceite de oliva
10g de levadura fresca
1/2 cucharadita de sal
una pizca de azúcar
Semillas de comino

Elaboración:

Diluir la levadura en el agua tibia, usaremos un bol grande para amasar. Añadir el aceite y a continuación la harina, la sal y el azúcar.

Amasamos todos los ingredientes durante 12 minutos hasta obtener una masa homogénea y elástica.
Tapamos el cuenco con un paño húmedo y dejamos levar durante 30 minutos hasta que la masa doble su volumen.

Extendemos la masa en un papel de horno dando la clásica forma rectangular y regamos con un poco más de aceite.

Cocemos el pan en el horno precalentado a 200º durante unos 25 minutos.

La forma de este tipo de pan que es ligeramente aplanada, de consistencia fina y crujiente y con cavidades, la hace ideal como acompañamiento, o con tomate y aceite de oliva. Su elaboración y simplicidad la hacen ideal también como base de la típica coca, ya que sus origenes se remontan a cuando en las panaderías acumulaban masas de pan que nunca se llegaron a hornear, las cuales se almacenaban y se horneaban planas, con lo cual era muy común que se sirvieran como postre azucaradas.

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